Lo hablador no es un vicio
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Video: Lo hablador no es un vicio

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Video: El Tri-El Hablador 2024, Mayo
Anonim
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Las mujeres modernas se están deshaciendo cada vez más del nombre de "sexo débil". Por ejemplo, los científicos han disipado otro mito bastante estable sobre la naturaleza femenina: no somos tan locuaces como la gente piensa. Más precisamente, las chicas modernas no hablan más que los jóvenes.

El psiquiatra estadounidense Luan Brizendin llegó a la conclusión: las chicas son mucho más comunicativas que los chicos, ya que hablan 13 mil palabras más al día. Sin embargo, la explicación de este fenómeno es bastante respetuosa: resulta que en las mujeres durante una conversación, se activa una mayor cantidad de células cerebrales y comienzan a experimentar excitación por los sonidos de sus propias voces. Además, según el Dr. Brizendin, esto tiene sus ventajas: la conversación ayuda a expresar sus emociones y aliviar la tensión. Y las células del cerebro masculino, que son responsables de la "locuacidad", bloquean la hormona testosterona, lo que también reduce la capacidad de escuchar con atención.

Expertos de la Universidad de Arizona en América han llegado a la conclusión de que no se trata del campo, sino del carácter de cada persona. Calcularon que las mujeres pronuncian un promedio de 16.215 palabras al día y los hombres, 15.669. Esta diferencia no es significativa si se considera que la diferencia entre los más conversadores y los menos silenciosos del grupo de participantes de la prueba fue de 45 mil palabras. Los investigadores aclararon que estos resultados no se aplican a todos, ya que el trabajo se realizó con personas del mismo grupo social y aproximadamente de la misma edad - estudiantes universitarios.

Los psicólogos que trabajan con parejas han llegado a las mismas conclusiones, pero con algunas mejoras. Por ejemplo, la psicóloga estadounidense Dra. Paula Hall ve el problema principal no en el hecho de que alguien hable más o menos, sino en lo bien que la persona puede escuchar. Si las mujeres escucharan más, los hombres tendrían la oportunidad de hablar más, y si los hombres escucharan mejor, entenderían que las mujeres no siempre dicen cosas estúpidas. Aquí hay otra prueba de lo difícil, pero aún posible, de construir una relación armoniosa con el sexo opuesto.